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Temporada de calefacción: ¿Cuándo debes empezar la calefacción?

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Casita de juguete de madera protegida del frío con una bufanda de lana.
Foto © azem / Shutterstock.com

Cuando llega el otoño, los días empiezan a ser más cortos, las noches más largas y las temperaturas comienzan a ser más bajas, es el momento de sacar la calefacción de su "sueño de verano". ¿Pero qué significa eso en términos concretos? ¿Cuándo comienza la temporada de calefacción? ¿O hay incluso una obligación de calefacción? Explicamos qué normativa legal existe y algunas consideraciones que se deben de tener en cuenta a la hora de empezar a usar la calefacción.

¿Existe una normativa legal para la temporada de calefacción?

En España no existe ninguna normativa que fije los periodos de calefacción ni los horarios ¿Entonces como se rige el inicio y final de la temporada de calefacción? Debemos diferenciar dos tipologias de sistemas, los sistemas individualizados y los centralizados (calefacción comunitaria).

En el primero de los casos el encendido de la calefacción esta supeditado a las necesidades y preferencias propias del usuario, aunque es interesante hacer caso a algunas recomendaciones que veremos más adelante. En el caso de los sistemas de calefacción centralizada, tanto el calendario como los horarios de calefacción deben ser adoptados en Junta de Propietarios por mayoría simple en virtud del artículo 17.4 de la Ley de Propiedad Horizontal, siendo posible cualquier modificación,  siempre por aprobación de la mayoría simple de los propietarios.

En el caso de querer realizar cambios en los horarios o en el periodo de calefacción, se puede hacer siguiendo el procedimiento establecido en el artículo 16.2 de la Ley de Propiedad Horizontal. Según este apartado cualquier propietario podrá solicitar que la Junta estudie y adopte un nuevo acuerdo sobre el tema que considere, siempre que sea de interés para la comunidad, para ello se debe solicitar mediante escrito en el que se solicite dichos cambios y se pida su inclusión en el orden del día de la convocatoria en el caso de existir una ya realizada o solicitar la convocatoria de una junta extraordinaria en el caso de no estar convocada, para ello, es obligatoria la convocatoria de una Junta extraordinaria si la solicitud viene  avalada por la cuarta parte de los propietarios o un número de estos que represente, al menos, al 25% de las cuotas de participación (artículo 16.1 de la Ley de Propiedad Horizontal).

¿A qué deben prestar atención los propietarios?

Ya sea un sistema centralizado o individual de calefacción, es importante tener en cuenta lo que indica el IDAE (Instituto para la Diversificación y ahorro de la Energía), que por cada °C en que se incrementa la temperatura de un edificio o vivienda, el consumo energético aumenta un 7% lo que redunda en un aumento del gasto y de las emisiones de CO2. La temperatura recomendada en los periodos de actividad esta entre los 19 y los 21º C y por la noche cuando la actividad se reduce la temperatura recomendable es entre 15 y 17ºC, temperaturas que nos permitirán dormir confortablemente.

Por supuesto para lograr estas temperaturas de confort, tenemos que tener en cuenta el sistema de calefacción que utilizamos y las condiciones térmicas de nuestra vivienda, no es lo mismo un sistema de emisores con radiadores que un suelo radiante, en el primer caso la emisión de calor es mucho más rápida y las temperaturas del agua del circuito más elevadas, en el caso de sistemas de suelo radiante, la emisión de calor es mucho más lenta las temperaturas de impulsión del circuito más bajas, por lo que requiere periodos de funcionamiento más prolongados, además es conveniente tener en cuenta las inercias de cada sistema de emisión.

Otro factor importante son las perdidas de calor que se producen en nuestra vivienda, un buen aislamiento y cerramientos con doble acristalamiento permiten periodos de calentamiento más reducidos así como un menor aporte de calor a lo largo del día para mantener las temperaturas de confort.También es muy importante y aumentará considerablemente el ahorro y el confort, contar con un sistema de adaptación de la temperatura en función de las condiciones exteriores, en la actualidad la gran mayoría de los generadores de calor pueden trabajar en función de la temperatura exterior, para ello utilizan una sonda que le indica al sistema que temperatura hay fuera y adapta la temperatura de funcionamiento del sistema para alcanzar la de confort en el interior de la vivienda. Otra posibilidad es el uso de termostatos ambiente, que regularán la generación de calor en función de la temperatura interior.

Calefacción en el período de transición - ¿Cuándo deberías empezar a calentar?

En primavera, las horas de sol aumentan y los días pueden ser incluso muy cálidos, pero por la noche, por otro lado, las temperaturas pueden bajar hasta el punto de congelación. Lo mismo se aplica a los meses de otoño. 

En el caso de viviendas colectivas, estos periodos de transición son más complicados de gestionar, como hemos indicado con anterioridad, se puede solicitar y aprobar modificaciones sobre los periodos de calefacción, siendo necesario llegar a acuerdos entre los propietarios. En sistemas individuales, es más sencillo, siempre puedes encender la calefacción cuando hace demasiado frío, incluso en el período de transición. Pero tenga en cuanta que la eficiencia del sistema baja considerablemente apagando y encendiendo frecuentemente el sistema, para evitar este efecto (diente de sierra) asegúrate de que el calor se distribuye uniformemente en toda la casa y que el control de la calefacción se ajusta en consecuencia. El uso de sistemas generadores de calor que modulen su potencia en función de la necesidad real y que tengan en cuenta las condiciones exteriores, evitará ese efecto diente de sierra tan perjudicial para su economía y confort. Aportar la energía necesaria en cada momento, modulando la potencia del generador es primordial a la hora de ahorrar y obtener confort.

Consulta a tu técnico especialista si tu sistema de generación de calor es capaz de trabajar en función de la necesidad real de energía y en caso de disponer un sistema obsoleto consulta las posibilidades de mejora o cambio por uno más eficiente, ello redundará en ahorro y sobre todo en la emisión de menos contaminación.